El tratamiento de la distensión muscular lumbar suele ser sencillo y solo es necesario durante un breve período. También se puede recomendar un programa de ejercicio a largo plazo o modificaciones ergonómicas o deportivas.

Al principio del tratamiento debe evitarse la manipulación quiropráctica agresiva. Es mejor restablecer la salud en un proceso muy gradual y dedicado, vigilando el empeoramiento de los síntomas frente a la mejoría.

En última instancia, la gravedad de una lesión muscular determinará qué tipo de tratamiento es necesario.

Tratamientos iniciales para la distensión muscular lumbar

    La mayoría de los casos de tirones musculares se tratan con tratamientos estándar de autocuidado o no invasivos. Estos son algunos tratamientos típicos de primer paso para una distensión muscular lumbar:

    • Medicamentos antiinflamatorios (AINE) como el ibuprofeno, la aspirina y el naproxeno que reducen la inflamación, que a menudo contribuye al dolor. Los medicamentos antiinflamatorios están disponibles con o sin receta médica.
    • Analgésicos de venta libre, como el paracetamol, que minimizan el dolor al interferir con la forma en que el cerebro interpreta las señales de dolor. El paracetamol también puede incluirse como principio activo en medicamentos de venta con receta, por ejemplo, en combinación con un opioide.
    • Relajantes musculares que pueden recetarse a corto plazo para reducir el espasmo muscular. La mayoría de los relajantes musculares no afectan directamente a los músculos, sino que amortiguan los receptores del dolor en el sistema nervioso central. Estos medicamentos tienen muchos efectos secundarios y también conllevan riesgo de adicción.
    • Bolsas de hielo que reducen la inflamación que puede producirse poco después de lesionarse un músculo. Las recomendaciones típicas incluyen la aplicación de una compresa fría o de hielo durante 10 a 20 minutos a intervalos regulares a lo largo del día, y el uso de una toalla u otra barrera entre el hielo y la piel para evitar una quemadura por hielo.
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    • Compresas calientes que aumentan la circulación, lo que mejora la curación y alivia la tensión en los músculos tensos. Como norma general, la terapia con calor suele recomendarse a partir de unas 48 horas después de producirse la lesión. Debe mantenerse una capa entre la compresa caliente y la piel para evitar quemaduras. Aplicar calor antes de cambiar de postura o iniciar una actividad puede ayudar a aliviar el dolor relacionado con el movimiento. Por ejemplo, utilizar una almohadilla térmica en la región lumbar durante 10 minutos antes de levantarse de la cama por la mañana puede aliviar la rigidez.
    • Terapia de masajes que aumenta la circulación y relaja los músculos, mejorando la amplitud de movimiento y disminuyendo el dolor. La terapia de masaje también libera endorfinas, que disminuyen las señales de dolor en el sistema nervioso. El masaje neuromuscular se considera especialmente útil para el dolor muscular lumbar.
    • Caminar y mantenerse activo durante el día es importante para mantener las estructuras espinales funcionales y saludables. Incluso los paseos cortos y frecuentes pueden ser útiles: caminar de 3 a 5 minutos varias veces al día puede ayudar a aliviar la rigidez lumbar y, de paso, reducir las molestias y el dolor.
    • Modificar la actividad, como evitar actividades extenuantes o levantar objetos pesados cuando el dolor lumbar es intenso, puede ayudar a prevenir el empeoramiento de una lesión muscular y el dolor lumbar. En algunos casos puede aconsejarse un breve período de reposo; lo mejor es limitar el reposo a uno o dos días, ya que un uso insuficiente de los músculos provoca desacondicionamiento y rigidez con el tiempo.
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    Lo anterior no es una lista completa. Existen muchas más opciones para aliviar el dolor, como la manipulación manual, la acupuntura y otros medicamentos (como los opiáceos).

    Todos los medicamentos tienen efectos secundarios. En el caso de los medicamentos de dosis bajas, como los analgésicos de venta libre, los efectos secundarios pueden ser imperceptibles. Otros medicamentos, como los relajantes musculares y los analgésicos opiáceos, pueden causar somnolencia, mareos o aturdimiento, náuseas o vómitos, u otros efectos secundarios. Los medicamentos opiáceos y los relajantes musculares pueden crear adicción, por lo que es importante tomarlos según las instrucciones para reducir las posibilidades de adicción.

    Una distensión lumbar puede indicar que los músculos de la espalda están desacondicionados y son incapaces de soportar eficazmente la columna vertebral y el peso de la parte superior del cuerpo. Mantener activos los músculos lumbares mediante ejercicios de estiramiento y fortalecimiento puede ayudar a reducir los niveles generales de dolor y evitar que se produzcan futuros brotes.

    Ver Ejercicios de fortalecimiento de la espalda

    Dr. Kojo Hamilton is a neurosurgeon at the University of Pittsburgh Medical Center. For more than a decade he has specialized in spine trauma, adult spinal deformity, and minimally invasive spine surgery.

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