Las distensiones musculares pueden producirse repentinamente a causa de una lesión o desarrollarse con el tiempo debido al uso excesivo y a los movimientos repetitivos.

Una lesión puntual que daña un músculo, tendón o ligamento se considera una distensión muscular aguda. Estas lesiones suelen producirse como consecuencia de impactos bruscos o durante actividades que incluyen levantar objetos pesados o ejercer una presión excesiva sobre la columna vertebral.

Las distensiones crónicas, por el contrario, se producen por movimientos repetitivos que sobreestiran o desgarran gradualmente un músculo. Las distensiones musculares crónicas son más frecuentes en deportistas o personas con trabajos físicamente exigentes.

Causas y diagnóstico de las distensiones musculares lumbares

Muchas distensiones lumbares se producen durante actividades cotidianas, como al hacer ejercicio o en el trabajo.

Estas son algunas causas y factores de riesgo comunes de las distensiones musculares lumbares:

Levantamiento de objetos pesados

La tensión por levantar objetos pesados, torcer la columna vertebral, levantar un objeto del suelo o por encima de la cabeza son causas comunes de distensión lumbar. Las prácticas seguras de levantamiento incluyen tácticas como mantener el objeto cerca del pecho y evitar torcer la parte superior del cuerpo mientras se levanta.

Impacto repentino

El impacto de los movimientos discordantes puede ejercer una tensión intensa e inmediata sobre los músculos en los músculos lumbares. Por ejemplo, los deportes de alto impacto, como el fútbol y el lacrosse, ejercen una presión excesiva sobre las articulaciones y los músculos. El impacto repentino de un accidente automovilístico o una caída es otro factor común que contribuye a la lesión muscular de la espalda. Los músculos rígidos y en mal estado son más propensos a este tipo de lesiones.

Movimientos repetitivos

Los movimientos estresantes y repetidos pueden hacer que los músculos se tensen o se desgarren. Deportes como el remo, el golf o el béisbol pueden provocar una distensión crónica debido a los movimientos repetidos y enérgicos. La distensión crónica puede volverse dolorosa gradualmente con el tiempo, o el dolor puede empeorar repentinamente si un músculo ya está adolorido y luego se somete a una tensión intensa.

Mala postura, músculos abdominales o de la espalda débiles

Cuando los músculos lumbares y abdominales son débiles, la zona lumbar es más propensa a sufrir lesiones. Encorvarse hacia adelante sobrecarga los músculos lumbares y la columna vertebral. Del mismo modo, unos músculos isquiotibiales tensos sobrecargan la zona lumbar con el paso del tiempo.

Inicio de una nueva actividad

Comenzar un nuevo deporte o actividad puede provocar una distensión muscular al someter a un músculo o grupo de músculos a una tensión repentina y desconocida.

La lista anterior no es exhaustiva, sino que pone de relieve algunas de las situaciones más comunes que conducen a un tirón muscular en la espalda.

Varios factores adicionales aumentan el riesgo de sufrir una distensión muscular, como el tabaquismo (o cualquier tipo de consumo de nicotina), la rigidez o la limitación de la amplitud de movimiento de la espalda y la obesidad.

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Diagnóstico de distensión muscular lumbar

La recopilación de una historia clínica y la realización de un examen físico suelen ser suficientes para diagnosticar una distensión muscular en la zona lumbar.

  • Una historia clínica incluye información sobre los síntomas actuales, así como cuándo y cómo comenzaron los síntomas, por ejemplo, si el dolor comenzó después de una lesión, apareció de repente o fue empeorando de a poco. La historia clínica también incluye información sobre los niveles de ejercicio habituales, los hábitos de sueño y los problemas médicos anteriores.
  • El examen físico evalúa la amplitud de movimiento y la flexibilidad de la zona lumbar, así como de los músculos de la cadera, la pelvis o los isquiotibiales. La sensación a lo largo de la zona lumbar (llamada palpación) puede detectar anomalías de la columna vertebral que pueden ser el origen del dolor. También puede comprobarse la irritación de la raíz nerviosa mediante una prueba de elevación de la pierna, que puede descartar lesiones como una hernia discal o una estenosis espinal.
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Aunque una prueba de imagen como una radiografía o una resonancia magnética rara vez es necesaria para una lesión muscular, puede utilizarse para comprobar otras posibles fuentes de dolor, como una fractura o una hernia discal, si se sospecha de esas afecciones.

En pacientes con antecedentes de neoplasia o traumatismo, suelen ser necesarias pruebas de imagen antes de realizar ejercicios conservadores. Por lo general, primero se toman radiografías y luego se solicita una resonancia magnética si se observa algo sospechoso en las radiografías.

Dr. Kojo Hamilton is a neurosurgeon at the University of Pittsburgh Medical Center. For more than a decade he has specialized in spine trauma, adult spinal deformity, and minimally invasive spine surgery.

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