La mayoría de los casos de distensión cervical nunca se diagnostica oficialmente porque el dolor suele desaparecer a los pocos días. Sin embargo, si el dolor de cuello se produce después de un impacto importante o persiste o empeora varios días después de la lesión, es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico oficial.

Cómo realizar un diagnóstico de distensión cervical

La recopilación de la historia clínica y la realización de un examen físico suelen ser suficientes para llegar a un diagnóstico de distensión cervical.

Historia clínica

La historia clínica incluye cualquier enfermedad conocida y antecedentes familiares, además de cómo y cuándo comenzaron los síntomas actuales y cualquier síntoma acompañante. También puede recopilarse información sobre los hábitos de vida actuales, como el trabajo, las aficiones, los niveles de estrés, el ejercicio, la nutrición y el sueño.

Examen físico

El examen físico consiste en observar y palpar (sentir) el cuello para detectar cualquier anomalía, como sensibilidad o espasmos musculares. También se comprueba la amplitud de movimiento moviendo la cabeza hacia arriba, hacia abajo y girándola de lado a lado. Si se sospecha que la compresión de la raíz nerviosa de la columna cervical provoca dolor, hormigueo y otros síntomas que se irradian al brazo, se puede realizar una prueba de Spurling empujando suavemente la cabeza hacia abajo para ver si se pueden reproducir los síntomas.

Si la historia clínica o el examen físico sugieren que algo más grave que una distensión muscular está causando alguno de los síntomas, pueden ser necesarias pruebas diagnósticas más avanzadas.

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Diagnóstico avanzado del dolor cervical


Aunque rara vez se utilizan para examinar las distensiones cervicales por sí solas, algunas técnicas de diagnóstico por imagen habituales para explorar la posibilidad de otros problemas en la columna cervical incluyen las siguientes:

  • Radiografías. Una radiografía es útil para mostrar los huesos y posibles fracturas o degeneración de la columna vertebral. Una radiografía suele ser el primer estudio de imagen que se utiliza cuando el dolor cervical aparece después de un accidente grave, como un accidente de coche o una caída de una escalera.
  • Imagen por resonancia magnética. Este método de diagnóstico por imagen crea una serie de cortes transversales de los tejidos blandos y los huesos utilizando ondas de radio y un potente imán para ver las variaciones en los distintos tipos de tejidos. Cuando se utiliza para ver la columna cervical, la resonancia magnética suele ser la mejor opción para evaluar posibles daños en los tejidos blandos, como músculos, tendones, ligamentos, nervios y médula espinal, entre otros.
  • Exploración por tomografía computarizada. Mediante el uso de rayos X junto con una computadora, una exploración por tomografía computarizada crea una serie de cortes transversales para mejorar la visualización de los huesos. Especialmente si la resonancia magnética no es una opción, la tomografía computarizada puede combinarse con un mielograma (inyección de colorante a través de una punción lumbar) para obtener una visión de los tejidos blandos, además de los huesos.

También pueden considerarse otras pruebas diagnósticas avanzadas, como las pruebas de electrodiagnóstico o los estudios de conducción nerviosa, para ayudar a diagnosticar las afecciones que causan dolor de cuello.

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Gravedad de la distensión muscular cervical

    En general, las distensiones musculares se clasifican en las siguientes categorías:

    • Grado I. Una distensión leve que solo implica un desgarro parcial de relativamente pocas fibras musculares. Se produce dolor, pero no debilidad muscular apreciable.
    • Grado II. Se produce una distensión moderada cuando se han desgarrado más fibras musculares y se produce cierta debilidad muscular, además de dolor.
    • Grado III. Es una distensión grave cuando el músculo se ha desgarrado por completo y el dolor suele ser intenso y debilitante.

    La mayoría de las distensiones cervicales son de grado I o II. Si se produce una distensión cervical de grado III, es probable que esté asociada a una lesión grave de la columna cervical y no se denomina principalmente lesión por distensión cervical.

    Dr. D’Mitri Sofianos is an orthopedic surgeon specializing in spine care. He is trained in minimally invasive spine surgery and practices at Memorial Spine and Chatham Orthopaedic Associates. Dr. Sofianos helped AOSpine, a global research community, to develop a software database designed to report and improve patient care.

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