La degeneración de un disco intervertebral no siempre provoca dolor u otros síntomas. Dado que el disco en sí tiene muy poca inervación, el dolor suele aparecer cuando el disco en degeneración afecta a otras estructuras de la columna vertebral (como músculos, articulaciones o raíces nerviosas).

Ver Cómo un disco se vuelve doloroso

El dolor asociado con la enfermedad degenerativa del disco se suele deber a dos factores principales:

Inflamación

Las proteínas inflamatorias del interior del espacio discal se pueden filtrar a medida que el disco se degenera, provocando hinchazón en las estructuras vertebrales circundantes. Esta inflamación puede producir tensión muscular, espasmos musculares y sensibilidad local en la espalda o el cuello. Si una raíz nerviosa se inflama, el dolor y el entumecimiento se pueden irradiar hacia el brazo y el hombro (lo que se denomina radiculopatía cervical en casos de degeneración de un disco cervical) o hacia las caderas o la pierna (lo que se denomina radiculopatía lumbar en los casos de degeneración de un disco lumbar). 

Inestabilidad anormal por micromovimientos

La amortiguación y el apoyo que suele proporcionar un disco disminuyen a medida que se degenera la capa externa del disco (el anillo fibroso), lo que provoca pequeños movimientos antinaturales entre las vértebras. Estos micromovimientos pueden causar tensión e irritación en los músculos, articulaciones o raíces nerviosas circundantes a medida que el segmento vertebral se vuelve progresivamente más inestable, provocando episodios intermitentes de dolor más intenso. 

Tanto la inflamación como la inestabilidad por micromovimientos pueden provocar espasmos musculares en la zona lumbar o el cuello. El espasmo muscular es el intento del cuerpo de estabilizar la columna vertebral. La tensión muscular y los espasmos pueden ser bastante dolorosos y se cree que son la causa de los brotes de dolor intenso asociados a la enfermedad degenerativa del disco. 

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¿Qué ocurre en la columna vertebral durante la degeneración del disco?

La enfermedad degenerativa del disco afecta principalmente al disco intervertebral, pero es muy probable que también afecte a otras partes de la columna vertebral. Estos son los dos hallazgos que más se correlacionan con un disco doloroso:

Desgaste de la placa terminal cartilaginosa

 

Al igual que otras articulaciones del cuerpo, cada segmento vertebral es una articulación que tiene cartílago. Entre el disco espinal y cada cuerpo vertebral hay una capa de cartílago que se conoce como placa terminal. La placa terminal intercala el disco vertebral y actúa como un guardián para el oxígeno y los nutrientes que entran y salen del disco. A medida que el disco se desgasta y la placa terminal empieza a erosionarse, este flujo de nutrientes se ve comprometido, lo que puede acelerar la degeneración del disco. A medida que el disco atraviesa este proceso, el espacio discal colapsará.

Colapso del espacio discal

A medida que un disco degenera, el espacio discal colapsará, ejerciendo una tensión indebida sobre los músculos circundantes que sostienen la columna vertebral y acortando el espacio entre las vértebras, lo que provoca micromovimientos adicionales e inestabilidad de la columna. 

 

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Por lo general, estos procesos degenerativos avanzan gradualmente y no de golpe. El desgaste de la placa terminal y el colapso del espacio discal pueden aumentar la inestabilidad de la columna vertebral, la tensión en los músculos circundantes, así como el dolor local y el radicular nervioso.

Dr. Brian McHugh is a neurosurgeon specializing in the management of spinal deformities. Dr. McHugh practices at Inova Health System in Virginia, where he has several years of experience treating neurosurgical conditions.

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