Las pautas para tratar la lumbalgia en adultos mayores tienen en cuenta el mayor potencial de complicaciones. Las recomendaciones se centran principalmente en el tratamiento del dolor y el ejercicio controlado, progresivo y constante.
Una actividad adecuada también ayuda a prevenir consecuencias inesperadas, como úlceras por presión debidas a un reposo excesivo en cama o malestar psicológico relacionado con la limitación de las actividades cotidianas y la reducción de la producción de endorfinas. En los días en que el dolor es intenso y hacer ejercicio parece imposible, el solo hecho de estirar suavemente es mucho mejor que el reposo en cama.
En Este Artículo:
- Lumbalgia en adultos mayores
- Soluciones generales para la lumbalgia en adultos mayores
- Vídeo de Sobre Causas y Síntomas del Dolor Lumbar
Realice terapia con hielo
Las bolsas de hielo ayudan a reducir la inflamación.
La mayoría de los episodios de lumbalgia intensa suelen estar relacionados con un pico de inflamación. La aplicación de una terapia de frío, como una bolsa de hielo comercial o incluso una bolsa de verduras congeladas, reducirá la inflamación. Se suele aconsejar la aplicación inmediata de terapia con hielo (crioterapia) durante 20 minutos seguidos, cada 2 horas según sea necesario, para calmar la inflamación después de realizar una actividad o ejercicio.
La terapia con hielo puede no ser recomendable para adultos mayores con diabetes u otras afecciones nerviosas, ya que la piel puede correr el riesgo de sufrir más daños.
Realice terapia con calor
Una compresa caliente puede ayudar a relajar los músculos y aliviar la rigidez de la espalda inferior.
El dolor lumbar suele estar relacionado con espasmos musculares o rigidez debida a la artrosis. La aplicación de una compresa caliente relaja los músculos y aumenta la amplitud de movimiento de la zona lumbar, con lo que se resuelven rápidamente los espasmos y la rigidez. Se recomienda aplicar compresas calientes durante unos 20 minutos seguidos, mucho antes de realizar cualquier actividad física o ejercicio extenuante.
La terapia con calor puede no estar recomendada para personas con ciertas afecciones cutáneas, como dermatitis, afecciones cardiacas o diabetes.
Realice ejercicio de forma controlada y gradual
Un programa de fisioterapia que incluya ejercicios regulares, controlados y progresivos es un componente central de casi cualquier plan de tratamiento de la lumbalgia. El dolor de espalda en edades avanzadas rara vez se remedia, sino que se reduce o se lleva a un nivel más tolerable que permita aumentar la funcionalidad y facilitar las actividades cotidianas.
Una recomendación general para los adultos mayores es realizar entre 1 y 2 horas de actividad aeróbica, como caminar a paso ligero, y 2 días de ejercicios de fortalecimiento a la semana. Comprometerse a hacer actividad con regularidad es importante, ya que estos programas de ejercicio son más eficaces cuando se realizan durante al menos 6 semanas. El tiempo de recuperación suele ser mayor en la edad avanzada que en la juventud.
A continuación, enumeramos algunas actividades que pueden resultar prácticas, sencillas y eficaces para los adultos mayores:
Ejercicios acuáticos
La terapia acuática ayuda a mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la función.
Hacer ejercicio en una piscina templada es tan eficaz como realizar otros ejercicios supervisados realizados en casa, en fisioterapia o en un gimnasio. La flotabilidad que proporciona el medio acuático es una alternativa más segura para los adultos mayores. El dolor y la rigidez iniciales tienden a ser menos intensos con los ejercicios acuáticos. La terapia acuática tiene los beneficios adicionales de mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la funcionalidad, a la vez que reduce la depresión y la ansiedad.
Ejercicios de estabilización lumbar
Los ejercicios de isquiotibiales pueden ayudar a disminuir el dolor de la espalda inferior.
Los adultos mayores que realizan ejercicios dinámicos de estabilidad tienen músculos más fuertes y son más capaces de evitar lesiones por caídas o de recuperar el equilibrio después de una caída. Esta forma de ejercicio puede disminuir el dolor y la discapacidad en aproximadamente un 30%.
Ejercicio de fortalecimiento del tronco
Mejorar la fuerza de los músculos centrales mejora la estabilidad, la postura y el equilibrio.
Las actividades que estabilizan y fortalecen los músculos del tronco se consideran eficaces para reducir el dolor lumbar, sobre todo, cuando se realizan como parte de un programa integral de fisioterapia. El fortalecimiento de los músculos del tronco ayuda a mejorar la estabilidad general, la postura y la estabilidad al caminar.
Ejercicios que pueden no ser adecuados para adultos mayores
Para algunos adultos mayores, los ejercicios de flexión hacia adelante pueden empeorar el dolor de espalda.
Determinados ejercicios pueden ser más o menos apropiados en función del diagnóstico subyacente. Es posible que los siguientes ejemplos de ejercicios no sean adecuados para todos los pacientes.
- Las posturas de yoga que implican la rotación de la cadera o la flexión completa hacia delante o hacia atrás están contraindicadas para las personas con osteoporosis.
- Los ejercicios que incluyen flexiones hacia atrás pueden resultar dolorosos para las personas con estenosis lumbar o espondilolistesis degenerativa.
- Los ejercicios que incluyen la flexión de la cintura hacia delante pueden no ser recomendables para las personas con problemas de disco en la zona lumbar.
Algunos tipos de ejercicios que hacen hincapié en la flexibilidad pueden suponer una tensión excesiva para la columna vertebral y aumentar el dolor de espalda., Como pauta general, lo mejor es iniciar cualquier programa nuevo de estiramientos o ejercicios bajo la supervisión de un profesional médico calificado.
Los ejercicios suaves y de baja intensidad y las actividades más fáciles de realizar tienen más probabilidades de cumplirse con el tiempo. En el caso de los adultos mayores que hacen solo un poco o nada de actividad física, lo más probable es que para iniciar un programa de ejercicios nuevo necesiten ayuda de un profesional debidamente calificado, como un preparador físico, un fisioterapeuta o un fisiatra.
Prevención de caídas
Las personas mayores de 65 años corren un alto riesgo de caerse, que aumenta aún más cuando toman varios medicamentos o sedantes. Una vez que se produce una caída, existe un riesgo considerable de complicaciones posteriores, como una fractura osteoporótica. Los adultos mayores que sufren una fractura ósea por una caída pueden no lograr una recuperación completa.
Es fundamental prevenir las caídas tomando precauciones y medidas proactivas, como las siguientes:
Hacer ejercicio durante al menos 3 horas a la semana
El ejercicio aeróbico mejora el equilibrio y reduce el riesgo de caídas.
Lo mejor es realizar una rutina completa de ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento durante 1 o 2 horas al día, durante 2 o 3 días a la semana. Un programa de ejercicios que mejore el equilibrio puede reducir el riesgo de caídas en un 39%., En concreto, está demostrado que el tai chi protege eficazmente contra las caídas y que las sesiones más frecuentes de esta actividad se asocian a una mayor prevención de las caídas.,
Caminar durante al menos 1 hora a la semana
Caminar a paso ligero todos los días puede reducir las tasas de dolor de espalda.
Una hora de caminata a paso ligero puede incluirse en el mínimo de 3 horas de ejercicio. Caminar es gratuito, fácil de hacer y puede incorporarse fácilmente a la rutina diaria. Las personas que se inician en la actividad física o que sufren dolor pueden caminar en intervalos más cortos a lo largo del día. Caminar habitualmente a paso ligero, a una velocidad igual o superior a 3 millas (5 km) por hora, protege más contra las caídas que caminar a un ritmo generalmente lento. Las personas que viven a poca distancia a pie de parques o tiendas de comestibles cercanas presentan índices más bajos de dolor de espalda, así como de dolor de rodilla.
Usar calzado antideslizante
Los zapatos antideslizantes dan un agarre mejor y pueden ayudar a prevenir caídas.
Los resbalones son una causa frecuente de caídas. El calzado antideslizante o resistente al deslizamiento es la opción más adecuada cuando el riesgo de caídas es alto. Las suelas de los zapatos que ofrecen un mejor agarre y tracción al suelo suelen ser las de goma blanda. Algunos zapatos antideslizantes están diseñados con bandas de rodadura o ranuras para dispersar el líquido que, de otro modo, podría atrapar el zapato. Hay muchas marcas que fabrican y venden zapatos antideslizantes y los etiquetan como “zapatos de trabajo”, porque es obligatorio llevar este tipo de calzado en entornos profesionales, como restaurantes, obras u hospitales. Aunque hay médicos que recomiendan usar zapatos con suela de balancín a pacientes con diabetes o dolor en las articulaciones, estos en realidad aumentan las posibilidades de resbalar o tropezar y es mejor evitarlos si el riesgo de caída es alto.
Instalar pasamanos en las escaleras y en la ducha
Los pasamanos son importantes para mantener el equilibrio al subir o bajar las escaleras o en la ducha. Las caídas en las escaleras son más frecuentes durante el descenso. Las duchas y las tinas de baño tienden a ser resbaladizas, por lo que los asideros también son necesarios en la ducha.
Eliminar los peligros de tropiezo
Entre las medidas preventivas se incluye la eliminación o fijación segura de los peligros de tropiezo más comunes, como las alfombras y los cables de las lámparas.
Las precauciones contra las caídas son especialmente importantes cuando se toman fármacos psicotrópicos. Fármacos como los antidepresivos, los antipsicóticos, las benzodiacepinas, los narcóticos y los somníferos están relacionados con un mayor riesgo de caídas.
Los adultos mayores pueden encontrar una atención más centrada en clínicas especializadas, como las clínicas de columna, que tienen mejores resultados en el alivio del dolor y es menos probable que conduzcan a una dependencia de relajantes musculares que la atención clínica estándar.
Todas las clínicas integrales de columna vertebral adoptan un enfoque basado en algoritmos, con detección de depresión, ansiedad, insomnio, fibromialgia y síntomas de estenosis espinal lumbar. A la exploración le sigue un examen físico estructurado, un análisis de los factores que contribuyen al dolor de espalda y una colaboración entre el médico y el paciente para diseñar un plan de tratamiento.
Es importante explorar las opciones de tratamiento con los profesionales sanitarios y desarrollar un plan que funcione mejor con la causa específica de la lumbalgia y otras afecciones de salud en curso.