La tortícolis puede ser molesta, pero no suele ser motivo de pánico. En ocasiones poco frecuentes, sin embargo, puede indicar la necesidad de una evaluación médica inmediata. Esta página contiene algunas formas de saber cuándo una tortícolis puede ser síntoma de una enfermedad subyacente grave.

Síntomas de alerta que pueden acompañar a la tortícolis

Si la tortícolis es el resultado de una afección diferente de una distensión muscular o un desgarro, a menudo también se presentan otros síntomas. En estos casos, suele aparecer al menos otro síntoma antes de que se produzca el dolor de cuello o la tortícolis.

Ver Distensión cervical: causas y remedios

A continuación, se enumeran los síntomas de “alerta” que podrían indicar que la causa de la tortícolis es una afección médica subyacente potencialmente grave:

  • Fiebre, que probablemente indica que se está combatiendo una infección
  • Dolor de cabeza, especialmente si parece diferente de los dolores de cabeza anteriores en términos de duración, intensidad o síntomas acompañantes
  • Náuseas o vómitos
  • Fatiga o somnolencia de origen desconocido
  • Cambios en el estado mental, que podrían incluir confusión o cambios de humor
  • Problemas de coordinación, como mareos o problemas para caminar o escribir
  • Pérdida de peso que no se debe a un cambio de dieta

Estos síntomas deben motivar a la persona a buscar atención médica inmediata, pero no significan necesariamente que exista una afección grave o una emergencia médica.

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La meningitis: la afecciones graves más comune asociada a la tortícolis

La meningitis, que en su forma más peligrosa es una infección bacteriana que provoca la inflamación de las membranas protectoras del cerebro y la médula espinal, es la afección grave más común asociada a la tortícolis.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la fiebre, el dolor de cabeza y la tortícolis (incapacidad para flexionar el cuello hacia delante, también llamada “rigidez nucal” o “rigidez del cuello”) suelen ser los primeros síntomas de la meningitis bacteriana.2Meningitis bacteriana. Sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. https://www.cdc.gov/meningitis/bacterial-sp.html Actualizado el 25 de enero de 2017. Consultado el 13 de febrero de 2017. Cuando dos de estos síntomas se presentan juntos, deben ser examinados de inmediato por un médico.

Los síntomas de la meningitis suelen aparecer a los pocos días de la exposición y el estado de la persona puede empeorar gradual o rápidamente. El tratamiento precoz de la meningitis es fundamental para obtener buenos resultados. El retraso en el tratamiento puede tener consecuencias negativas, como pérdida de audición, daño cerebral o incluso la muerte.

Hay que tener en cuenta que la meningitis no siempre se manifiesta con rigidez de cuello y que otros síntomas pueden incluir náuseas, aumento de la sensibilidad a la luz o a los ruidos fuertes, o confusión, entre otros.

Otras afecciones graves que se presentan con la tortícolis

Las siguientes son otras afecciones que rara vez causarían tortícolis, pero que requieren atención médica inmediata:

  • Infecciones. Aunque la meningitis es la infección más común que podría causar tortícolis, muchas otras infecciones también podrían provocar tortícolis dolorosa.
  • Tumor. Un tumor cerebral, especialmente si se localiza en el cerebelo, puede causar tortícolis. Un tumor en la columna cervical, por ejemplo, debido a un cáncer, también puede provocar dolor de cuello o tortícolis.
  • Distonía cervical. Este trastorno neurológico, también conocido como una forma de tortícolis, puede hacer que los músculos del cuello sufran espasmos incontrolables. La cabeza podría girarse o atascarse en varias posiciones fuera de la alineación normal.
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Esta no es una lista completa, ya que muchas afecciones pueden hacer que los tejidos del cuello se hinchen o sufran espasmos, provocando movimientos dolorosos y restringidos.

Dr. Richard Staehler is a physiatrist at the NeuroSpine Center of Wisconsin. He has more than 20 years of experience providing non-surgical treatment for spine pain.

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