La inyección en la articulación sacroilíaca se utiliza para diagnosticar y tratar el dolor y la inflamación causados por una disfunción de la articulación sacroilíca.
El exceso o escasez de movimiento en una de las articulaciones sacroilícacas, ubicadas en la parte inferior de la columna, a cada lado del sacro, puede causar dolor en la espalda baja o las piernas.
Esta inyección normalmente tiene dos objetivos: confirmar que la articulación sacroilícaca es la fuente del dolor y aliviar ese dolor.
Para iniciar el procedimiento, el paciente se ubica boca abajo.
El área que rodea a la articulación sacroilíaca se adormece con una inyección de anestesia local.
Luego, con la ayuda de un medio de contraste para fluoroscopía y radiografías, se inserta una aguja en la articulación para administrar el medicamento directamente en la fuente del dolor.
El medicamento que se inyecta en la articulación puede ser un anestésico local, como lidocaína o bupivacaína, y también puede incluir un antiinflamatorio, como un corticoesteroide.
Si la anestesia local brinda alivio de inmediato, se confirma que la articulación sacroilíaca es la fuente del dolor del paciente.
El corticoesteroide antiinflamatorio puede aliviar el dolor de la articulación sacroilícaca por un extenso período, posiblemente semanas o meses, y permitirá al paciente realizar fisioterapia.
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